Por el Pr. Alexander León
En el año 2013 CNN anuncio del cierre de una organización internacional que por años funcionó como un ministerio cristiano orientado a alcanzar la comunidad homosexual, me refiero a Exodus International.
El título de la noticia fue el siguiente: Grupo se disculpa con la comunidad Gay y cierra Ministerio de «curación» (http://edition.cnn.com/2013/06/20/us/exodus-international-shutdown/)
Según la noticia publicada, el cierre de esta organización y las declaraciones de su presidente Allan Chambers han sido recibidos con mucho entusiasmo por la comunidad GBLT (Gay-Bisexual-Lesbian-Trangender), porque según ellos “ya es hora de ver el terrible daño que se hace a la gente perseguida por su condición sexual”
Por otro lado, en el 2015 los medios difundían la noticia de que la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos invalidó la ley que definía al matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, lo cual necesariamente implica un avance en la agenda contra los valores cristianos bíblicos.
Como pastor y director de un ministerio cuyo propósito es ayudar a personas que están luchando contra pecados de inmoralidad sexual, lo cual incluye las prácticas homosexuales, creo que es mi deber intentar traer un poco de luz al respecto.
El mundo vive en oscuridad y se aferra a la oscuridad para que sus obras no sean reprendidas (Juan 3:20), pero es triste comprobar que incluso entre los cristianos, que deberían ser portadores de la luz, exista tanta confusión al respecto de estos temas.
La luz necesaria podrá ser recibida por aquellos que tengan respeto por las Palabras de Dios registradas en la Biblia y se atrevan a abandonar el razonamiento relativista predominante.
Cuando alguien que está luchando con vicios de inmoralidad sexual llega a consultar a un psicoanalista o a un consejero secular, recibe una respuesta que parece mucho más amorosa que la que un consejero bíblico le puede ofrecer.
La respuesta del psicólogo sería algo como esto:
“¿Por qué debes atormentarte? – No tienes por qué sentirte mal – ¡Acepta tus inclinaciones y tus tendencias ya sea que otros las aprueben o no! – ¡Deja de vivir para complacer a otros! – ¡Tienes derecho a vivir tu vida y buscar la felicidad! – ¡No vivirás tranquilo mientras sigas sintiéndote culpable! – ¡Si eso es lo que te gusta ¿Por qué debes privarte de ello? El problema no está en lo que haces o sientes, sino en que no te has aceptado a tí mismo”
Pero todo eso no es más que el mismo cuestionamiento de la serpiente antigua que engañó a nuestros primeros padres en Edén; “¿con que Dios os ha dicho…?” – Genesis 3:1 – La voz diabólica cuestiona el mandato divino y promete que no habrá consecuencias por desobedecerlo y nuestra sociedad sigue cayendo en la misma trampa cuando deja que sean los hombres los que determinen lo que es correcto o incorrecto, según sus propios razonamientos.
Muchos de los que buscan “consejería cristiana”, están recibiendo de esos profesionales palabras que no son muy diferentes del consejo secular: “Tranquilo hermano, no te atormentes, Dios te ama de todas maneras, Él sabe que es imposible para ti vencer eso, pero mientras hayas “aceptado a Cristo en tu corazón, no te preocupes tanto, los demás cristianos también tienen sus luchas y sus pecados.”
Pero la Biblia dice: “… ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1,2)
En el pasado, yo fui un hipócrita, tenía una vida doble y de forma oculta era esclavo de diversos vicios sexuales incluyendo el “estilo de vida homosexual”. Sin embargo, no suelo divulgar este hecho específico, porque ese no fue el único pecado del cual el Señor Jesucristo me libertó y también porque creo que mucho más importante que hablar sobre los detalles del testimonio personal debemos enfocarnos en el Evangelio y presentar al Cristo Libertador.
No suelo siquiera comentar esos detalles de mi vida pasada a los estudiantes del curso bíblico «Batalla por la pureza sexual», que vienen urgidos de ayuda en esta área, excepto cuando percibo que esa confesión sea útil y lleve gloria a Dios. En esta ocasión espero que así sea porque algunas veces los escépticos podrían prestar alguna atención si saben que… “estuviste ahí”.
El problema del ser humano es el pecado y, aunque la Biblia nos enseña que hay pecados más graves que otros, en el sentido que manchan de una manera más grosera lo que aún queda de la imagen de Dios en el hombre, todos los seres humanos necesitan de salvación y no solo aquellos que cometen cierta clase de pecados. Todos los que no se arrepientan serán condenados y no solamente los que cometieron pecados graves.
El problema está en el corazón del hombre. La única esperanza para el pecador viene de Dios. El Espíritu Santo regenera, da vida y el Espíritu Santo santifica.
¿Cómo lo hace? Por la palabra del Evangelio que al ser recibida por el hombre pecador, le lleva a confiar únicamente en Jesucristo y en Su sacrificio para la salvación. Esto es lo que cambia vidas.
Creo que algunos defensores de la posición bíblica abordan el asunto de las inclinaciones homosexuales de una manera errónea. Se involucran en discusiones con defensores del movimiento gay pero con una actitud y presupusiciones incorrectas.
Parece ser que la contienda llega a un punto muerto cuando el homosexual afirma que nació así y el apologista cristiano opta por insistir tratando de convencerle que eso no es posible, que nadie nace homosexual.
Cuando un persona nace con una disposición a cierta conducta, tiende a percibir tal inclinación como algo natural, y en cierto sentido podríamos usar ese término, si lo entendemos como una predisposición de nacimiento, pero no debemos olvidar que el estado actual del hombre no es el mismo estado natural (inicial) en el cual fue creado por Dios al principio. Debemos partir de esta premisa bíblica: Aunque Dios inicialmente creó al hombre sin pecado, ahora la humaninad entera está caída. Ser pecadores es ahora natural para los seres humanos. En I Corintios 2:14, ese es el término que usa el apóstol Pablo para una persona sin Cristo, es un hombre natural.
La homosexualidad es pecado porque está en contra del orden original establecido por Dios y contra las leyes que Dios específicamente dio, las cuales se registran en la Biblia. En este sentido la homosexualidad es anti-natural, aun cuando los científicos pudieran llegar a demostrar científicamente que la persona ha nacido con esta predisposición.
Si no tenemos claro que la raza humana cayó con y en Adán tampoco entenderemos cuáles son las consecuencias de esa caída, y entonces será muy difícil mantener una posición coherente en el supuesto caso de que algún estudio científico demuestre que sí hay personas que nacen con una tendencia “natural” hacia la homosexualidad, una «disposición genética».
En cambio, el argumento bíblico que nos hace entender que esto es parte de las consecuencias de la caída y del pecado original, se mantendrá en pie aun en el caso de un eventual descubrimiento de esa índole.
Creo que sería útil que no solo preguntamos si alguien puede nacer homosexual, sino ¿puede alguien haber nacido con una tendencia innata a la lujuria? ¿puede haber nacido con tendencia al egoísmo? ¿a la mentira? ¿a la violencia?, etc.
Si analizamos otros pecados, nuestro argumento puede aclararse. Todo ser humano manifiesta desde muy tierna edad emociones y conductas pecaminosas que son claramente identificadas, por ejemplo: egoísmo, ira y codicia, (para dar solo 3 ejemplos de actitudes que llevan luego a cometer actos contra el prójimo).
¿Quien podría negar que estas conductas pueden llegar a agravarse por la falta de corrección oportuna? Pero, aunque no se defiende al violento y al agresor aduciendo que esa inclinación a la violencia es algo innato en él, los psicólogos también tratan de encontrar razones para esas conductas y en vez de responsabilizarle, dirán que necesita terapia.
Lo mismo hacían antes con los homosexuales, los psicólogos les ofrecían terapia correctiva. Pero eso es cosa del pasado, ahora ofrecen terapia de aceptación.
Si los psicólogos fueran consistentes con su posición defensora de los impulsos «naturales», sería incorrecto pretender que una persona violenta refrene sus impulsos, porque él nació así, con una fuerte tendencia a la agresión.
La Biblia describe a la generación anterior al diluvio de la siguiente manera: “Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.” Génesis 6:11 –
A muchos les parecerá ridículo que nos atrevamos a comparar las conductas violentas con las conductas sexuales que la Biblia califica como inmorales, pero si aceptamos el concepto bíblico de pecado, debemos verlo como una ofensa hacia Dios y un quebrantamiento sus mandamientos, de la ley santa que define Su carácter.
“Los expertos” consideran incorrecta nuestra propuesta que lucha por corregir la lujuria y sus desviaciones asociadas, porque para ellos el argumento de la ley divina no tiene sentido. El humanismo relativista dice: “que cada uno sea quien decida si algo está bien o está mal”.
Para los padres sin Dios es más fácil dejar que su hijo o hija que manifiesta una desviación en su conducta sexual sea aceptado como «normal», porque esto les quita la difícil tarea de trabajar en la corrección de esa conducta.
Son muchos los casos que ahora se anuncian de padres que aceptan a sus hijos «trans-género», niños de edad escolar.
Se consideraría una irresponsabilidad que un padre deje a su hijo hacer rabietas y revolcarse dominado por la ira, pero ya se consideran «adelantados» a los padres que al notar desviaciones sexuales en sus hijos, los animan a aceptar su desviación.
No pretendo simplificar el problema de las tendencias homosexuales y debemos ser conscientes de que hay muchas cosas que deben considerarse cuando procuramos ayudar a los que están batallando con esta condición, pero estoy tratando de establecer una premisa clara: El ser humano nace en pecado y no solo es posible que se desvíe del camino correcto, sino que de seguro se desviará, porque lo natural para el ser humano es pecar.
El profeta Isaías escribió: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino…” Isaías 53:6. Todos nos hemos desviado amando ciertos pecados, algunos en el área sexual y otros en otras áreas, que cada uno reconozca en cuáles pecados se ha desviado su propia alma.
Si el asunto terminara aquí, el panorama sería muy deprimente, porque todos nos desviamos y esto nos llevaría a la desesperanción, pero ¡gracias a Dios por el Evangelio!
El otro aspecto por el cual creo que han fracasado algunos ministerios cristianos como Exodus es por un entendimiento incorrecto de lo que la Biblia dice en cuanto a la forma en que el pecado debe ser tratado y el alcance de la obra redentora de Cristo.
El ser humano sin Cristo es un ser dominado por el pecado, el pecado es el amo y el hombre es un esclavo. Esto es lo que Jesucristo afirmó: “…De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” (Juan 8:34)
Algunos pecados se muestran más notoriamente en unos que en otros, pero todo ser humano está en esa triste condición, no solo los que tienen un pecado sexual.
La conversión comienza con un cambio que el Espíritu Santo realiza en el corazón para que el hombre tenga una disposición diferente en cuanto a Dios y en cuanto al pecado.
El que llega a aceptar su terrible condición delante de Dios y con un corazón sincero se arrepiente de haber vivido para sí mismo y se somete al Señorío de Cristo, tiene la promesa del perdón, un perdón real que viene acompañado de la adopción, pasando de ser un “hijo de ira” a ser un hijo de Dios. (Efesios 2:3). Los impenitentes serán condenados finalmente, pero los hijos de Dios serán glorificados.
Una persona puede identificar que ha sido recibida en la familia de Dios porque le ha sido implantado un nuevo corazón que ahora ama el bien, desea agradar a Dios y aborrece todo aquello que Dios aborrece, es decir, aquel hombre que antes se deleitaba en sus pecados, ahora aborrece esos pecados, porque entiende que son ofensas directas contra Dios y lo separan de Él.
El mismo versículo que cité al principio que nos enseña cuán terrible es nuestra condición natural, nos trae también la esperanza del Evangelio:
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” Isaías 53:6
Para el cristiano, el entendimiento de quién es Cristo y cuál es su obra en favor de los creyentes es la fuerza y motor que le impulsará durante toda su vida en esta tierra. Saber que los pecados con los cuales hemos ofendido a Dios fueron cargados sobre el inocente Cordero de Dios es lo que da esperanza al más débil de los cristianos. El derramamiento de aquella sangre no solo nos da perdón, sino que nos limpia.
El error de algunos enfoques es que prometen cambios mágicos que la Biblia no enseña. El perdón de pecados sí se da una vez y para siempre, el pecador recibe una disposición hacia la santidad, pero tendrá que luchar contra el pecado.
El cristianismo es un camino que nos lleva del egoísmo a la auto-negación, en el cual los cristianos demuestran que están dispuestos a abandonarlo todo por Cristo. (Lucas 9:23), lo cual sin embargo hacen, no como una pesada carga, sino con convicción y amor, siendo capacitados en este proceso por el Espíritu Santo.
La conversión de una persona que antes era dominada por el pecado de la ira y el enojo, se muestra en que tiene ahora una aversión hacia este pecado y es ahora capacitado por el Señor para vencer sobre este pecado, pero Dios no le promete en esta vida la ausencia total de tentaciones asociadas a ese pecado. La ausencia total de tentación y pecado será experimentada únicamente en el Cielo.
Esto mismo debe entender aquel que estuvo dominado por vicios sexuales. Aunque el corazón haya sido cambiado, la mente y los sentidos, que por mucho tiempo estuvieron habituados al pecado, representarán su campo de batalla personal sobre el cual Dios le promete victorias cada vez mayores.
¿En qué medida logrará una persona vencer en la lucha contra sus inclinaciones sexuales incorrectas? Eso dependerá de su crecimiento espiritual, del uso correcto de los medios de gracia: la oración, la palabra de Dios leída, enseñada y predicada en el poder del Espíritu Santo y la comunión de los santos, por medio de la cual se nos manda a estimularnos unos a otros en este camino de santificación.
Lamentablemente la predicación en el poder del Espíritu Santo es algo de lo cual muchas iglesias carecen, y el compañerismo sincero, para que los hermanos tengan una práctica habitual de rendición de cuentas también es poco común, además las disciplinas espirituales son pobremente enseñadas. Todo esto dificulta el proceso de restauración de los hermanos que luchan con estos pecados, pero algo es innegable, un verdadero cristiano no se rendirá en la lucha.
El curso bíblico que ofrecemos en el ministerio Liberando a los Cautivos está disponible para todo aquel que está convencido de que su conducta sexual es pecaminosa y quiere aprender los principios bíblicos que traen libertad.
Es posible que una persona viva en pecado y se deleite en su pecado pero desee un cambio en su conducta y orientación sexual solamente para tener una vida más cómoda y poder lograr metas que de otra manera se hacen inalcanzables como el matrimonio, los hijos, etc. Tal persona todavía no tiene la motivación correcta para que pueda luchar y vencer.
El curso bíblico La Batalla por la Pureza Sexual es para los que quieren aprender a vivir para Dios.
En el proceso, algunos estudiantes se dan cuenta de que nunca habían entendido el Evangelio y entonces experimentan una verdadera conversión, otros, reconocen que aunque ya eran Cristianos, no habían sido bíblicamente instruidos para aprender a deleitarse en Cristo y en la obra de Cristo, por eso no podían caminar en victoria.
Esto no se trata de un proceso terapéutico, se trata de Cristo y de Su Cruz y se trata de refugiarnos en Él y de aprender a caminar con Él. Es Él quien liberta porque Él definió de esta manera la misión que le fue encomendada por Dios el Padre:
“Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos” – Lucas 4:18
Pastor Alexander León – http://elcaminoangosto.org, http://liberandoaloscautivos.com
Gracias, Gracias de verdad por añadir luz con este excelente escrito ..Siga adelante pastor , siga adelante …Muríó, Resucitó, Reina y Volverá !!
Excelente mi hermano, no esperaba menos de ti.
Seguimos orando por ese extraordinario ministerio que diriges.
Saludos a los hermanos,
Randolph.
Excelente Articulo , siga alumbrando el camino con la palabra de Dios que es viva y eficaz, bendiciones.
Muy buebna razon y motivacion para seguir luchando en contra de lo que desagrada a Dios, y no solo ir en contra de ko que desagrada a Dios, sino tambien llevando el evangelio que salva al perdido, restaura y edifica al hombre en su plena comunion con Dios y busqueda de la verdad en Jesucristo señor nuestro.
Excelente, el Señor continue usandole para Su gloria!!
Gracias Dios. Por dar dones y ministerios.
Pastor, de verdad muchas gracias; el compartir esto me hace entender y ver que si hay verdaderos creyentes que se preocupan por los demás de no morir aferrados a su pecado, de lo cual yo soy el primero. Me impacta mucho Este articulo y ademas me hace comprender mas sabiduría lo cual agradezco de todo corazón! Muchas bendiciones.
SOLAMENTE AGRADECEMOS A DIOS POR TU VIDA.ABRAZOS PASTOR
Una excelente enseñanza! Bendijo mucho mi vida!