Alexander

Mi nombre es Alexander León. El Señor me rescató de las garras de los vicios sexuales a finales de 1998 y desde el año 2009 procuro por medio de este ministerio ayudar a las personas que están atrapados en adicciones sexuales diversas como lo son: la masturbación, la pornografía, el adulterio, el homosexualismo, etc.

Si usted se siente esclavo de alguno de estos pecados, los cuales constituyen rebeliones directas a lo establecido por Dios, yo sé bien lo que  está sufriendo porque yo mismo estuve durante muchos años atado a varios pecados sexuales y depravaciones, y llegué a pensar que ya no tenía ninguna esperanza. Yo era un hombre de doble ánimo, inconstante en mis caminos, porque aunque parecía que a veces anhelaba ser libre de los vicios sexuales que me dominaban, y oraba y hasta lloraba con frecuencia, una vez pasado el momento de remordimiento, pasaba por épocas de completo abandono, para volver a revolcarme en la pocilga del pecado sexual.

Creí por mucho tiempo la mentira de que los seres humanos somos básicamente buenos, me creía una buena persona, (excepto por ese detalle de los vicios secretos), ignorando que la Biblia afirma que todos nos hemos descarriado y que hemos despreciado la santa ley de Dios constantemente.

No era honesto, engañaba muchos y también a mí mismo me engañaba, porque pensaba que mi condición era muy diferente de la de los demás, que mi situación y mi carácter eran un caso especial y difícil y que mis problemas eran más grandes que los de los demás. Esto me servía de excusa  y no reconocía la gravedad de mi pecado y la condenación que merecía, porque no vivía en Cristo. Evitaba pensar en la condenación que merecen los hipócritas que viven practicando pecados secretos.

En el pasado, por más de 15 años había vivido en el desenfreno, en toda clase de vicios e inmoralidad sexual, pero por medio de una experiencia muy traumática, porque una de mis “parejas sexuales” fue diagnosticada con el virus del SIDA y que, por razones que solo Dios conoce, yo no fui infectado, comencé a reflexionar seriamente en cuanto a mi destino.

Al considerar esta situación tan particular de haber sido librado del SIDA; fui impactado en mi corazón y comencé a ir a una iglesia, y por algún tiempo todo fue maravilloso y comencé a involucrarme mucho en el servicio cristiano, pero eventualmente, volví a caer presa del vicio, pero ahora, de manera más oculta. Vivía con culpa y miedo constante de ser sorprendido, pues frente a las personas tenía una apariencia de siervo de Dios, pero en realidad no podía dominar mis impulsos, más bien, me sentía otra vez dominado.

Yo sufría mucho, sintiéndome hipócrita, pero también, sufría por la cantidad de intentos que había realizado – sin poder cambiar – y entonces, tantos fracasos me trajeron una gran desilusión, me sentía decepcionado de mí mismo y de la vida. Estoy convencido de que no hay nadie más infeliz que un creyente caído. Fue un verdadero tormento sentirse otra vez como si el pecado dominara en mi vida.

Pero hoy puedo asegurar que sí hay Libertad en Cristo, aún para el más vicioso y para el que se siente atado por fuertes cadenas de pecado e iniquidad.

¡Cristo vino a libertar a los cautivos! y yo soy uno de esos cautivos que fueron libertados.

Le aseguro que ahora vivo una vida de libertad, sin miedo de ser sorprendido y mi profesión cristiana ya no consiste en palabras o emociones pasajeras sino que se refleja en la forma en que vivo. Disfruto de un compañerismo con Cristo cada vez más cercano y me siento muy satisfecho sabiendo que mi vida sexual también honra a Dios, y aún más: ahora tengo el privilegio de dirigir el Ministerio Liberando a los Cautivos ayudando a otros a hallar libertad en Jesús, porque por la gracia de Dios, dejé para siempre de vivir un cristianismo de palabras y apariencias, para experimentar la libertad prometida por el Señor.

Hoy puedo decir con honestidad que el Evangelio es verdaderamente el poder de Dios en Cristo que transforma al pecador por el Espíritu Santo y a través de Su Palabra. Dios nos salva no solamente de la culpa del pecado y su justa condenación, sino que nos rescata del poder del pecado. Ningún cristiano verdadero debe ser esclavo del pecado.
Si desea ingresar al curso, envíeme un correo de confirmación, contándome algo de su testimonio. ¿Cuál es su relación con Dios? ¿Cuáles son las luchas más frecuentes que tienes en cuanto al sexo? Procure ser completamente sincero y honesto para facilitar la forma en que pueda ayudarle.

En este lugar puede leer mi testimonio:
https://liberandoaloscautivos.com/alexander/

Para llever el curso hay que comprar este libro con el material del curso:
Link para comprar el libro:
https://www.clir.net/batalla-por-la-pureza-sexual/

La Editorial CLIR ofrece el libro con el envío incluido en ese precio.
Una vez que tenga el libro puede contactarme para coordinar la primera conversación y establecer cuáles son los pasos a seguir, es decir, el establecimiento de los días que usted dedicará al curso.
El curso se realiza en 5 semanas y consiste en mirar las lecciones del curso y contestar las preguntas que vienen al final de cada capítulo del libro.

Link para las sesiones del curso bíblico:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLv3ub3R4oYtMYVppDci08tb5R3a9n8UzW

El complemento de este curso es la lectura de un libro que se puede descargar en formato PDF, sobre este librito también debe enviar un reporte de lectura. Se deben leer 2 capítulos por semana. 
 
Link para bajar el libro de John Owen: 

Los mentores estamos en constante oración por nuestros estudiantes.

Mi dirección de correo electrónico es alexander.leon@fereformada.org y mi número es +506 83135360

Estoy para servirle.

Pr. Alexander León J

1 comentario en “Alexander

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